
Branislav Peranovic, arcipreste, doctor sin título, aficionado a las artes marciales (algo muy importante para el desempeño de su tarea) y como furibundo enemigo de la droja tiene las cosas claras: "los problemas de drojas se curan con mano dura", "Cualquiera que tiene una basura en casa sabe de lo que estoy hablando", tiemblo de pensar lo que haría Rouco con una docena de curas como este repartiendo galletas a los laicos radicales que nos gobiernan y quieren quitarle a la iglesia católica su derecho a hacer proselitismo en los colegios públicos españoles a costa del bolsillo del contribuyente. Nada de huertos ni de metadona como esas nenazas del proyecto hombre, nada como la aplicación generosa del jarabe de palo en repetidas sesiones para que el memonio de la droja no se atreva a asomar la cabeza y delante de los demás internos para que vean la que les espera y que no se impacienten que la pala no se cansa. Si los internos tienen la tentación de huir (seguramente para comprar droja) que se preparen porque patrullas de Pit-bulls y Dobermans vigilan el recinto para evitar que los pobres enfermos recaigan, si es por su bien coño.
Pero claro con estas nuevas tecnologías y moderneces que hay ahora, era solo cuestión de tiempo que algún lila que no comprendiese la importancia y el bien que se esta haciendo en ese centro, grabase las sesiones, las colgase en el Youtube y ya esta montada la polémica. El Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Serbia pidiéndole al obispo que cierre el centro, Amnistía Internacional poniendo el grito en el cielo, antiguos pacientes que ahora se atreven a hablar asegurando que el interno que no revelaba a sus familiares lo que estaba pasando recibía un trato más suave (le quitaban el pincho al palo o algo así) del personal.
Algunos familiares de los internos han justificado los métodos de Peranovic: "Solo gracias a este centro mi hijo todavía está con vida y si lo cierran, eso será nuestra tragedia, ya que el Estado no da otra alternativa" eso dice una pobre madre a la que no le llega la camisa al cuello ante la posibilidad de que cierren el centro y tenga que volver a tener en casa al hijo treintañero, drojadicto y seguramente aficionado a llevarse a dar una vuelta cualquier objeto de valor que pille por casa.
Aquí tenéis el vídeo, no tiene desperdicio: