BELLADONNA

A petición popular vuelven las marrananzas. Pido disculpas a los fans de esta sección pero como comprenderéis no voy a poner en peligro mi puesto de trabajo metiéndome en las páginas en las que se encuentra la información necesaria para una entrada de este calibre.
La preciosa ciudad de Biloxi (bueno, no tan preciosa después del paso del huracan Katrina) en Missisipi fue la elegida para ser la cuna de la flexible y siempre animosa Michelle Sinclair que más tarde seria mundialmente famosa con el seudonimo de Belladonna. Nuestra heroína puede presumir en su curriculum de haber trabajado de striper en Salt Lake City, cosa que entre tanto mormón no debía de ser nada fácil y tiene mucho más merito que serlo por ejemplo en Las Vegas, ya en aquellos tiempos a nuestra chica le gustaban los desafíos. A causa de una amiga que había emigrado a Los Ángeles a probar fortuna en el porno Belladonna se introdujo en el mundillo del porno y ante una industria saturada de neumáticos bellezones, Belladonna comprendió que para llamar la atención tenia que ser más guarra que ninguna y se puso a ello con todo su empeño. Haciendo del sexo anal su bandera Belladonna se metió por detrás todo lo que se le pusiera a tiro, una, dos, tres...... Se lo monto con hombres, con mujeres, con transexuales, con muchos hombres a la vez, con muchas mujeres, a rodado escenas estando embarazada, no daba abasto la chica.
Nada es para siempre y en la cúspide de su carrera en el año 2007 Belladona decidió retirarse de delante de las cámaras (exceptuando alguna escena lésbica ocasional) para centrarse en su faceta como directora. Sus películas son tan hardcore como las que protagonizaba ella misma y solo se echa de menos que salte de detrás de la cámara agarre algún falo suelto y ZAKA. Pero no después del herpes culero que la obligo a retirarse ha jurado no volver a hacerlo con ningún hombre a excepción de su marido. Siempre nos quedara su obra

Esta entrada y el vídeo que viene a continuación son para mayores de 18 años, si no tenéis la edad ya os sabéis la cantinela y recordad los peligros del onanismo.