Redneck Zombies es una película que habla de "la América real", esa América que no para de reivindicar el partido republicano frente al elitismo de las dos costas, esa América donde el sumun de la felicidad es un buen rifle en una mano y la otra en el trasero de una familiar a la que no le falten demasiados dientes. TROMA nos dejo en 1987 otra joyita del cine que denunciaba los peligros con los que tienen que convivir cada día los ciudadanos de ese Sur profundo, de esa verdadera América.
La película comienza con unos militares que transportan material radiactivo en unas condiciones de seguridad mínimas por una carretera de la América profunda, aquí comienza la denuncia a ese gobierno que no piensa en el respeto al medioambiente tan fundamental para esa true América. Los militares sufren un accidente y un bidón queda abandonado siendo recogidos por unos simpáticos lugareños que lo utilizan como alambique para destila güisqui. Los pobres, se ven obligados a recurrir al contrabando de alcohol sin duda a causa de una administración que ignora al hombre de la calle y solo beneficia a las grandes multinacionales, a veces hay que saltar al otro lado de la ley cuando tu familia tiene que alimentarse. En medio de esto aparecen unos excursionistas de ciudad que no entienden nada de la vida rural pero se comportan con la altivez de esos que se sienten superiores por tener los pulmones saturados de polución y el alma negra como el asfalto, entre ellos hay uno que no puede dejar de lavarse compulsívamente colocado en contraposición de esos valores higiénicos tan característicos de la True América y compartidos por una horda de perroflautas en todo el mundo. Nuestros valerosos montañeses tras destilar el güisqui en el bidón de los residuos lo distribuyen inocentemente por el pueblo con el resultado de que todos los habitantes empiezan a convertirse en zombies hambrientos de carne humana. El ejercito trata de solucionar una situación de la que ellos son responsables y que se les ha escapado de las manos y los pobres chicos de ciudad empiezan a comprender que un pueblo de montañeros zombies es más peligroso que cualquier guetto de las grandes ciudades.
Una gran película, al verla no puedo evitar pensar en "Las uvas de la ira" de John Earnest Steinbeck. Por todo ese rollo de los paletos y todo eso.
domingo, 23 de noviembre de 2008
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3 comentarios:
Ay, los ochenta!!!! tantas películas con portadas extrañas y personajes aún más, que cualquier parecido con al realidad es mera-mente intencional.
No la he visto, pero es una buena opción para el fin de semana
esa peli es cojonuda, pero no te olvides de que gran parte de la culpa e las desgracias de estos pijos de ciudad es que fuman droja, que como todos sabemos reduce las capacidades mentales y motoras necesarias para escapar de una horda de zombis paletos
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